último día en Mantay
Dormimos hasta tarde debido a la salida nocturna de anoche. Hoy es el último día en Mantay y nos levantamos algo tristes por ello. Después de desayunar nos dirigimos a la estación terrestre para obtener los tiquets para Arequipa para ese fin de semana.
Al llegar a la calle en donde se encuentra la asociación, vemos que ha sido toda levantada, el muro derribado y el cementerio totalmente descubierto. También vemos cómo unos constructores estan trabajando en la casa proporcionando una nueva puerta que dará acceso a entrar con cualquier vehículo.
Nada más llegar escucho cómo alguna de las mamás comenta que tendrán que realizar un nuevo curso esta semana. Más tarde pregunto a Raquel por ello y me explica que demandaron educadores cualificados para este tipo de cursos pero realizaban temas no muy relacionados con el ámbito de las alumnas, como talleres sobre cámaras fotográficas, etc. En esta ocasión se trata de un curso para alertar a las niñas del mundo que se pueden encontrar fuera, ya sean las mafias, la prostitución o cualquier gancho que las haga caer en un agujero perjudicial para ellas. Me explica que en alguna ocasión alguna de las mamás quiso probar suerte como cocinera y cuando llegó al lugar sufrió abusos y escapó como pudo hasta que regresó a Mantay. En el taller se les muestran imágenes crudas para que sean conscientes de lo que les puede ocurrir. Muchas de las mamás aún siguen confiando en las oportunidades que les ofrecen y de esta manera trabajan la autodefensa y les proporcionan herramientas para enfrentarse al oscuro mundo de ahí fuera. No sé como me siento respecto a ello.
Por la tarde realizamos una actividad con los niños en el que se trata de pintar con chocolate. Al comienzo les resulta extraño usar el chocolate para colorear el papel pero poco a poco van dejándose llevar y terminan chupándose los dedos. Las mamás también disfrutan pintando a los bebes y a ellas mismas y sobretodo por disfrutar de algo que no tienen acceso normalmente. Al acabar les proporcionamos unos croissants de chocolate y los cubrimos con chocolate líquido. Les encanta. Pasamos por todas las aulas para que todas pueden disfrutarlos.
Llega el momento de la despedida y las lágrimas se deslizan tanto por sus mejillas como por las nuestras. Pasamos por el taller y nos regalan un monedero de la nueva temporada que han realizado y que ayer les comenté que me encantaba. Chicas que aparentemente resultaban algo frías y distantes nos abrazan y nos agradecen el haber cuidado de sus lindos niños. Me siento triste y a la vez no satisfecha del todo por mi aportación, ya que siento que ha sido una pincelada muy rápida y tengo que marcharme cuando comenzaba a sentirme más unida a ellas. Las abrazo con fuerza, las beso y les felicito por tener a esos bebes tan maravillosos. Nos despedimos también de Elisabeth y de Raquel y les dejamos un regalito para cada mamá.
Regresamos al hostel apresuradamente para preparar el equipaje y tomamos el último autobús hacia Arequipa.