Día quince

Llego a Ha noi temprano. No he logrado descansar en absoluto en el trayecto. Me siento agotada. Al llegar a la casa, recojo todo lo que me queda allí, me despido de los organizadores, de los compañeros y me presento a los que continuaran nuestra tarea.

Me reúno con mi grupo. Los y las cooperantes que hemos hecho amistad decidimos viajar un tramo del país juntos. Nos disponemos a callejear por el barrio de St Joseph cathedral pero el impedimento de las grandes mochilas y el cansancio acumulado limitan nuestras posibilidades de movimiento. Se le añade el calor abrasador. Reposamos en un restaurante durante largas horas.


Decidimos tomar un masaje antes de coger el tren. Resulta perfecto y muy económico comparado con los precios en Europa. Lo disfrutamos aunque volvemos a cargar las mochilas en la espalda seguidamente. Nos ha valido para reponer fuerzas antes de partir hacia el sur. En la estación nos reencontramos con Raoul quien también que decide unirse a nosotras. Siguiente parada: Hue.

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