Decimo día: el zoo


Después de la aventura de anoche nos cuesta un gran esfuerzo levantarnos a las 6.30 de la mañana para llevar a los niños y a la niñas a visitar el zoo. Cabe decir que no soy muy fan de estos espacios. El lugar resulta desconcertante. No hay mucha variedad. Aves encerradas en espacios minúsculos. Elefantes atados a una cadena de dos metros de largo. Monos masticando cualquier cosa obtenida por los turistas. De todas maneras los niños y las niñas disfrutan del lugar. La falta de organización por parte del equipo vietnamita dificulta realizar las actividades. No logran mantener al grupo unido. Sus alumnos corretean si les place y se disculpan ante nosotros comentando que resulta complicado realizar actividades en grupo.

Es sencillo entender el modo de vida o de actuación de los residentes en Vietnam, simplemente son un reflejo de la ciudad y el estilo de vida.
Finalmente regresamos a casa a descansar un rato. Al llegar encontrados al water filter group totalmente decepcionado. Resulta que algunos de los filtros no se han efectuado correctamente y han sido defectuosos. Quizá el uso del carbón no era el adecuado así que deben pensar otra técnica.
Cenamos en un puesto callejero. Otro tipo de Pho, esta vez es de pescado, sigue sin gustarme.

Al final del día nos desplazamos al centro en busca de un club de Jazz donde pasaremos unas horas escuchando música y tomando unas copas.



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